Una de las facetas en la que Microsoft se ha enfocado con Windows 11 es en la experiencia de juego. Es cierto que el sistema operativo es una notable plataforma para ejecutar videojuegos, pero si queremos sacar el máximo provecho de nuestro equipo, es necesario que optimicemos algunos ajustes. O al menos, suponemos que eso queremos los gamers.
Para jugar, a priori, solo hay que instalar y ejecutar cualquier juego. Sin embargo, para llevar nuestra experiencia a una nueva dimensión, sería mejor que aplicáramos ajustes como el Modo Juego o ciertas opciones de energía. También deberíamos trastocar un poco la memoria gráfica, al menos si posees el conocimiento técnico. ¿Estás listo para adelantar los gráficos de PS5 por la derecha?, pues vamos a ello.
Activa el Modo Juego
Windows 11 posee una función nativa llamada «Modo Juego». Se encuentra diseñada para optimizar el rendimiento del PC en nuestras sesiones de juego, y para activarlo, solo tienes que seguir unos pocos pasos.
Entra en configuración con la combinación Ctrl + I de tu teclado y selecciona la opción «Juegos» del principal. Desde la barra de la izquierda, podrás seleccionar «Modo juego».

Actívalo para disfrutar de esta función, y prosigamos con el siguiente punto para optimizar nuestro PC.
Cambia el modo de energía a «Máximo Rendimiento»
Si quieres asegurarte de que tu equipo entregue todo su potencial en la ejecución de videojuegos, puedes ajustar el modo de energía para ello:
Entra de nuevo en «Configuración» y, en esta ocasión, selecciona la opción «Sistema». Ahora desplázate hacia abajo, hasta que encuentres la opción «Energía». Si tienes un portátil, lo encontrarás como «Batería y energía».
Al hacer clic en el menú desplegable de «Modo de energía», selecciona «Máximo rendimiento» de entre las opciones de la lista.

Actualiza el controlador de tu tarjeta gráfica
Tu GPU necesita actualizaciones de manera constante para ejecutar correctamente los últimos juegos. E incluso, aunque no ejecutes los últimos, siempre es recomendable que actualices para minimizar posibles errores.
Si quieres actualizar el controlador, haz clic derecho sobre el botón de inicio y elige la opción « de dispositivos». Lo siguiente es que despliegues la opción de «Adaptadores de pantalla» para abrir la lista correspondiente a tu/s tarjeta gráfica/s.

Tan solo tienes que finalizar el proceso dándole a «Actualizar controlador». Windows 11 hará el resto del trabajo por ti.
Activa el sensor de almacenamiento
Esta funcionalidad no solo limpia de manera centralizada los archivos temporales innecesarios. También evita que los procesos en segundo plano le roben rendimiento a tus juegos. Así que vamos a activarlo con unos pocos pasos:
Entra en el menú de configuración, al igual que anteriormente, y escribe «Sensor de almacenamiento» dentro de la barra de búsqueda. Elige «Activar sensor de almacenamiento».

Tan solo deberás activar la pestaña que aparece en primer plano. Así, Windows hará el «trabajo sucio» por ti. También puedes pinchar en la opción que aparece justo debajo de la pestaña para configurar ajustes adicionales a la hora de ejecutar el sensor de almacenamiento.
Gracias a estos ajustes, verás cómo se dispara el potencial de tu PC dentro de los videojuegos. Como jugador habitual, en particular, sí lo he notado al configurarlo. Así que no dudes en seguir las opciones que hemos compartido.
Desactiva las aplicaciones en segundo plano
Uno de los recursos más eficaces a la hora de jugar con el máximo rendimiento es desactivar las aplicaciones en segundo plano. No es porque le tengamos ninguna tirria en particular, sino porque consumen recursos que, precisamente, deberían ir a parar al juego. Hay un montón de apps que se ejecutan en segundo plano sin que lo sepas, lo que hace que se consuma RAM, U e incluso velocidad de internet.
Si quieres evitar que se ejecuten en segundo plano, la solución es bien fácil. Tienes que ir al de Tareas, el cual puedes abrir con la combinación Ctrl + Shift + Esc, antes de que abras ningún juego. Desde ahí, ve a la pestaña «Procesos», y podrás ver qué aplicaciones y servicios se están ejecutando en segundo plano. Además, también te dice cuántos recursos está consumiendo de tu PC, como por ejemplo, los MB o GB que utiliza de tu propia RAM. En el caso de que veas algo que en este momento no te sirve, solo tienes que hacer clic derecho sobre ella y pulsar sobre la opción de «Finalizar tarea».